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y sobre Cuba




¿Qué queda?

Hay cosas que te hacen dudar de su absurdo. Por ejemplo, cuando incluso la UE apoya verbalmente el fin del bloqueo de Cuba por parte de Estados Unidos. Por otra parte, hay afirmaciones que sólo hacen que uno se encoja de hombros; a esta categoría pertenece el hecho de que Cuba tenga supuestamente el tercer gobierno más violento de América Latina (después de Venezuela y Nicaragua). Y hay hechos por los que enfadarse. Entre ellas pueden encontrarse resoluciones del partido "Die Linke".

Y entonces uno se asombra de todavía estar enfadado por ellos. El comité ejecutivo de este partido ha amonestado a Cuba, políticamente tan contraria a los EE.UU. y expuesta a todas sus agresiones debido a su proximidad geográfica, exigiendo una "democratización" sin ningún voto en contra bajo el título extremadamente descarado de "Solidaridad con Cuba". Al hacerlo, se refiere indirectamente, pero claramente en términos de contenido, al "Movimiento de San Isidro" derechista, en el mejor de los casos agresivamente esotérico y comprobadamente aliado con los EE.UU., como interlocutor. Esto supone un serio revés para la aceptación de Cuba, tan laboriosamente construida, en un público alemán que no debe de conocer a un DKP y que, por tanto, entiende a "Die Linke" como de izquierda. Por lo tanto, la decisión es también un golpe duradero para la aceptación social de la política de izquierdas en general.

Pero no es la ruptura de tabúes lo que "Neues Deutschland" afirmó con entusiasmo después. Un tabú significa una práctica de ocultación no discutible, no cuestionable. Sin embargo, en gran parte de "Die Linke", la actitud despectiva hacia los movimientos de liberación y el intento de construir el socialismo ha sido una práctica pública durante años. Su estrella mediática, Gregor Gysi, ha calificado a Fidel Castro de dictador, sin que haya más que las habituales reacciones a tales afirmaciones en forma de declaraciones bienintencionadas de Cuba Sí o de diputados al Bundestag, de manera individual. Sin embargo, si se afirma - como en el caso actual - que "no todos los miembros de la junta directiva" habían entendido de qué se trataba la resolución, que sólo "unos pocos" se esforzaban por reorientar la política del partido respecto a Cuba, o que ahora "hay que refutar la sospecha de una solidaridad envenenada" haciendo campaña ahora más que nunca contra el bloqueo estadounidense a Cuba - entonces queda claro por qué siempre es posible mantener a los que son de izquierda entre los miembros seguir luchando contra los molinos de viento. Sin embargo, movilizarse únicamente por una reivindicación que hacen las asociaciones empresariales y casi todos los Estados miembros de la ONU es tan punzante como la de "disolver la OTAN", como la que explicó una vez Gysi al embajador de Estados Unidos como un truco para apaciguar a su partido. Aunque (o porque) eso se filtró, la frase sigue siendo utilizada por el partido en la actualidad.

Los comprometidos con el socialismo deberían dejar de producir quimeras. No hay más margen de maniobra en el partido "Die Linke" para las plataformas comunistas o los amigos de una Cuba socialista (y no simplemente desbloqueada) como en el SPD para los jóvenes socialistas, si es que pretenden ser más que jóvenes. Por supuesto, todo el mundo tiene derecho a librar su lucha en esos partidos, y por supuesto hay actitudes con las cuales gente apoya a Cuba, no ideológicamente, sino materialmente. Pues en este país muchos practican la solidaridad con Cuba, aunque sin comprometerse con el socialismo en Alemania. Esta contradicción puede pertenecer a la época actual, pero tiene un sentido limitado. Los que son consecuentes defienden la opción socialista en todas partes.

What’s left? Who‘s left? Debemos dejar de lado las ilusiones y empezar a determinar las fuerzas disponibles. Ya es hora.

Unsere Zeit
12.02.2021, Unsere Zeit